Vagabundo del Dharma
29 de octubre de 2007,22:27
REFLEXIONES DE UNA ESPERA CALUROSA
Septiembre ya recorre su primer semana y la primer hora de un sábado esta por terminar. El calor azota la ciudad de manera inesperada para esta época, lo cual hace que mis planes de salir a beber con amigos sean cuestionados. La temperatura hace que los vasos se vacíen rápidamente, y mi cabeza esta empezando a sentirlo. Comenzar a sentir la distorsión es algo que se asemeja a lo mágico. Todo se vuelve algo más tranquilo y relajado y cada movimiento, físico o mental, es algo digno de experimentar. Los sentidos se potencian y nos llevan a una permanente alucinación conciente. Mi cabeza recuerda cientos de momentos sensoriales inducidas por poéticas sustancias, surgen los deseos irrevocables de escuchar jazz, reggae, bossa, y dejarse flotar en los acordes.
La música suena, muy en el fondo se puede oír la acaramelada voz de una mujer negra. Mis dedos se apoyan sobre el teclado e imaginan rozar lentamente su piel. El canto se erotiza y me incentiva a seguir escribiendo.
El vaso, quien ha tomado de rehén a un par de hielos, me obliga a llenarlo. Yo cumplo.
Un furioso piano suena, cada tecla que se hunde es un golpe en mi cabeza. Me hace reaccionar, activa todos los delirantes y poéticos razonamientos.

Cada movimiento nos devuelve vivos,
Nos lleva, sustrae y deposita ilesos.
Nos maravilla de existencia,
Inyecta efímeras dosis de felicidad.

Si bien no logro comprender a que se debe esta sensación de gozo perpetuo, tengo en claro q cuando termine no será algo placentero. Nuestra memoria tiene la cruel capacidad de bloquear ciertos mecanismos que neutralizan los comportamientos autodestructivos. Y analizándolo un poco, creo q esto ocurre por q ella es la q debe lidiar con todos los traumas pasados, esta cansada de hacerlo y quiere q esto termine.
 
Palabras escritas por: big bambula
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