Esperando recorrer aquellos caminos q me devuelvan a la infancia emprendo este viaje. Realmente no se q espero encontrar, en realidad no espero encontrar nada. Aunque internamente siempre vivo esperando algo. La verdad no se muy bien que es, pero yo tengo claro q en mis entrañas lo espero. Espero un cambio, espero un alguien, espero una sonrisa, espero una cuota de felicidad. Voy hacia todo aquello imaginando que son cosas eternas, y me miento a mi mismo al negar q son efímeras. Creo q voy a eso, a llenarme de cosas efímeras q me permitan seguir camino, que me inunden de sensaciones q dejan entrever q esto si vale la pena, que seguir la ruta principal es mas conveniente q tomar la alternativa. Que me hacen pensar que ya habrá tiempo para esas cosas, que vivir un despojo feliz no es real. Sino q la realidad es única y q yo no la comprendo, q la realidad es esa donde hay q trabajar 350 días al año para disfrutar 15, donde cambiar el auto cada dos años es algo q esta bien, y es mucho mejor q despertarse todos los días y poder caminar por la montaña y contemplar y pensar, y volver a un humilde hogar despojado de lujo y comer arroz y leer un libro y pensar.
Yo quiero poder acostarme y pensar q mi vida sirve para algo, q entiendo por q estoy acá, y no despertarme cada día sabiendo q sume mas interés en una cuenta bancaria. Quiero viajar y en cada pueblo tener donde hospedarme, saber q el piso de un amigo siempre esta disponible para mi bolsa de dormir, y que en la ruta al hacer dedo no me miren con caras extrañas. Quiero llegar a Guatemala sin un centavo y trabajar en los sembradíos para pagar mi pan, y al otro mes hacerlo en Nicaragua y después en el Salvador, y después volver a un humilde hogar despojado de lujo y comer arroz y leer un libro y pensar.
Quiero poder mirar a la gente sin rencor, quiero hablarle y q me entiendan, quiero que confronten conmigo y destrocen mi forma de ver de las cosas, pero no por lo q escucharon en el noticiero de las 8, si no por q ellos piensan diferente, por q ellos piensan. Por q son capaces de respetar mi vida, mis elecciones y tener una posición verdaderamente propia y sentarse en el piso y mate de por medio decirme q estoy equivocado, y q felizmente me dejen ir a reflexionar a un humilde hogar despojado de lujo y comer arroz y leer un libro y pensar.
No creo querer mucho, aunque imagino q quizás nunca tendré el valor de buscarlo.
Tristemente.
Yo quiero poder acostarme y pensar q mi vida sirve para algo, q entiendo por q estoy acá, y no despertarme cada día sabiendo q sume mas interés en una cuenta bancaria. Quiero viajar y en cada pueblo tener donde hospedarme, saber q el piso de un amigo siempre esta disponible para mi bolsa de dormir, y que en la ruta al hacer dedo no me miren con caras extrañas. Quiero llegar a Guatemala sin un centavo y trabajar en los sembradíos para pagar mi pan, y al otro mes hacerlo en Nicaragua y después en el Salvador, y después volver a un humilde hogar despojado de lujo y comer arroz y leer un libro y pensar.
Quiero poder mirar a la gente sin rencor, quiero hablarle y q me entiendan, quiero que confronten conmigo y destrocen mi forma de ver de las cosas, pero no por lo q escucharon en el noticiero de las 8, si no por q ellos piensan diferente, por q ellos piensan. Por q son capaces de respetar mi vida, mis elecciones y tener una posición verdaderamente propia y sentarse en el piso y mate de por medio decirme q estoy equivocado, y q felizmente me dejen ir a reflexionar a un humilde hogar despojado de lujo y comer arroz y leer un libro y pensar.
No creo querer mucho, aunque imagino q quizás nunca tendré el valor de buscarlo.
Tristemente.