Vagabundo del Dharma
28 de enero de 2008,0:18
DIMINUTA ESCENA DE DESESPERACION

Mira el reloj, acelera el paso. Faltan más de tres cuadras para llegar a la esquina del encuentro. Cada paso se hace eterno, y llena su cabeza de pensamientos pesimistas. Hace poco q nos conocemos, no se si me esperara. El destino se vuelve infinito, es la segunda ves q nos citamos, el minutero marca mas tres de la hora señalada. La angustia se transforma en desesperación, que lleva nuestro andar al trote.
Finalmente, esta en el punto exacto, mira hacia un lado y hacia el otro, nada. Tristeza, paranoia. Se habrá ido, son solo cinco minutos. Cinco minutos es un mundo.
La sangre se agolpa en la cabeza, alerta a todos los sentidos.
Saca el celular del bolsillo, decide no llamar (son solo cinco minutos) no quiere molestar, apenas es la segunda cita.
El pie golpea incansablemente el cordón de la vereda, los colectivos pasan como vagones de tren, el semáforo pasa de un color a otro.
Saca un cigarrillo, lo enciende. Aprieta el paquete con furia, maldito tiempo, maldita contradicción.
Las ideas se vuelven trascendentales, se llenan de pensamientos universales, y solo han pasado dos minutos. No es tanto tiempo. Los relojes varían de una muñeca a otra, y cinco minutos no es ninguna catástrofe. Ni siquiera para alguien con una vida tan agitada.
La depresión se apodera de él. Mira al piso derrotado, todos sus planes se desmoronan, como siempre. Mete la mano en el bolsillo para sacar otro cigarrillo que disimule su frustración, convertida en ansiedad. Lo pone en su boca, lo enciende. Ya no importa la hora, no importa la plata, no importa nada. El tiempo esta detenido, igual que él en esa esquina.
El regreso se vuelve algo inevitable, mira hacia el frente para cruzar la calle y la sonrisa se dibuja en forma de mueca. Se queda estático. Ve esa figura acercarse como a una divinidad distorsionada. Ansia el momento del encuentro. Lo desea aun más ahora que sabe que es real.
Las tensiones se liberan con cada uno de los metros q acortan la distancia. Por fin están frente a frente nuevamente. Mira sus ojos, estrecha dos veces su mano y se retira con la satisfacción de saber que ha prolongado un día más la realidad.
 
Palabras escritas por: big bambula
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