Una de las frases que quedo clavada en mi mente producto de mis años en la facultad, fue la que definía la revolución como el proceso donde lo viejo no termina de morir y lo nuevo no termina de nacer. Esta situación cualquiera sea su encuadre genera crisis, conflicto y sobre todo la lucha entre dos opuestos, lo cual convierte esto en el paradigma de lo complejo.
Por estos motivos es que estos acontecimientos son tan difíciles de analizar, más aun cuando esto ocurre dentro de una persona.
Estos momentos de encrucijada que se presentan a lo largo de la vida son una de las cosas mas difíciles con las q el hombre debe lidiar durante su existencia. Y si bien no ha existido ser alguno que se haya librado de la crisis, no existen manuales ni soluciones universales, lo cual hace todo más engorroso.
Así que acá estoy, tratando de escribir algo q no quiere salir. Le doy vueltas, lo intento todo y no se deja convencer. El arte de la manipulación se vuelve una tarea ardua cuando debe ser aplicada sobre uno mismo. Pero de a poco las barreras caen y la mente empieza a transmitir órdenes a los dedos sobre el teclado. No existen situaciones imposibles, solo basta tener un poco de paciencia para q estas tengan su desenlace, a veces favorable y a veces negativo. Hay miles de maneras de conseguir lo q uno quiere, hay miles de trucos y engaños, hay palabras precisas en momentos precisos, hay pociones mágicas para deshacer cualquier hechizo.
Hay momentos, detestables momentos, q uno no desea vivir, pero son inevitables. Para estos también hay pociones, pero mas difíciles de conseguir. Nunca queremos llegar al punto de no retorno, pero siempre llega, y es en ese instante donde todo estalla y provoca la nube q vuelve todo turbio.