Hace algunos años atrás yo solía decir q el destino era mi mejor amigo. Con el paso del tiempo me he dado cuenta de que solo es uno de esos prestamistas cínicos que sonríen antes de romperte las piernas.
Si fuera de otra forma jamás ocurriría lo q ocurre, o al menos pasaría lo q a mi me pasa. Para explicarlo de alguna manera simple, es como aquel proletario que gana la lotería y minutos después de cobrar el premio es asaltado. Las consecuencias de algo así pueden resultar nefastas, y en la mayoría de los casos lo son. Uno debe estar muy cuerdo o muy loco para superar algo así. Yo aun no se por q no estoy desgarrado internamente, aunque me inclino por la segunda opción.
Todo esto resulta muy cruel, deslumbrarse por unos ojos que ocultan un alma a descubrir, que esos ojos se deslumbren por una sonrisa, y todo para averiguar q esos ojos son ajenos. Que ya no podremos mirarlos, acariciarlos ni besarlos. No podremos secar sus lágrimas en las noches inundadas de recuerdos, ni podremos sentir nuestro corazón latiendo mientras contamos sus parpadeos. Es cruel.
Las miles de esperanzas rotas solo nos conducen al inevitable camino de la muerte emocional, quizás ese sea nuestro destino. Tal vez todo este sufrimiento es lo q nos empuja a ese fin mayor, que aunque desconocido, es lo q alimenta a nuestro ser a llegar al objetivo para lo cual fuimos puestos en esta mundo.
Si fuera de otra forma jamás ocurriría lo q ocurre, o al menos pasaría lo q a mi me pasa. Para explicarlo de alguna manera simple, es como aquel proletario que gana la lotería y minutos después de cobrar el premio es asaltado. Las consecuencias de algo así pueden resultar nefastas, y en la mayoría de los casos lo son. Uno debe estar muy cuerdo o muy loco para superar algo así. Yo aun no se por q no estoy desgarrado internamente, aunque me inclino por la segunda opción.
Todo esto resulta muy cruel, deslumbrarse por unos ojos que ocultan un alma a descubrir, que esos ojos se deslumbren por una sonrisa, y todo para averiguar q esos ojos son ajenos. Que ya no podremos mirarlos, acariciarlos ni besarlos. No podremos secar sus lágrimas en las noches inundadas de recuerdos, ni podremos sentir nuestro corazón latiendo mientras contamos sus parpadeos. Es cruel.
Las miles de esperanzas rotas solo nos conducen al inevitable camino de la muerte emocional, quizás ese sea nuestro destino. Tal vez todo este sufrimiento es lo q nos empuja a ese fin mayor, que aunque desconocido, es lo q alimenta a nuestro ser a llegar al objetivo para lo cual fuimos puestos en esta mundo.