Hace un par de meses caminaba por las playas del sur buscando limpiar mi cabeza de los pensamientos universales q la atormentan, y cada paso que se marcaba en la arena me hacia dar cuenta de q había elegido el lugar incorrecto. La playa, el mar, el viento y todo lo q rodea a una ciudad costera, mezclado con tiempo libre es la tierra mas fértil para generar nuevas ideas q soportar. El problema no es q las ideas surjan, sino que estas crezcan, nos ocupen y lleguen al punto de hacer colapsar nuestra vida cotidiana en busca del simple hecho de entender. Lamentablemente esto ultimo es lo q me sucede en la mayoría de los casos a mi.
Jack Kerouac siempre decía q no debemos torturar nuestra cabezas con pensamientos infinitos. Ojala pudiera seguir su consejo.
Uno de los primeros días de mi estancia junto al océano, me senté en la playa luego de varios Km. de caminata, mire el mar y dije en vos alta, el hombre no necesita nada mas q esto, solo tranquilidad y tiempo para encontrarse a si mismo. Cuando mi vos se apago y volví a escuchar el ruido del viento contra las rocas, me di cuenta q había cometido un grave error, había abierto a la puerta a millones de palabras q buscaban un significado.
Por alguna razón el mar se tomo el atrevimiento de destrozar mis planes de viaje, ya no sentía ganas de bucear, de navegar, ni de salir por las noches, las semanas q siguieron las dedique a sentarme frente al mar esperando respuestas.
Las playas estaban desiertas a mediados de junio, solo estaba yo, mis ideas y algún perro de la calle. Llegaba muy temprano a la costa, luego del desayuno, escuchaba un poco de música para activar las neuronas, y luego la nada, el silencio y la introspección.
Para saber que mi idea sobre el hombre y sus necesidades estaba en lo cierto debía analizar el tema desde la mayor cantidad de visiones posibles, tomar en cuenta todas las partes q formaban el razonamiento, y convencerme de q no estaba equivocado. Comencé, como marcan las reglas, por el principio, en otras palabras el tema de la posesión. Poseer algo no es otra cosa que tener absoluto control sobre eso, ya sea objeto o sujeto. En consideración a lo primero, queda claro, que todo elemento material puede ser poseído, y también q más allá de las cosas básicas que un hombre necesita para vivir, estos objetos son prescindibles y tienen como finalidad generar la falsa sensación de felicidad. Con relación a los sujetos sucede exactamente lo opuesto, lo cual da lugar al primer problema. El hombre por naturaleza necesita tener control sobre su entorno, el hecho de no poder dominar a aquellos q lo rodean genera la sensación de inseguridad, que hace tan difíciles las relaciones humanas genuinas. Por otra parte las personas tienden a agruparse, a socializar, lo cual genera un sinnúmero de inconvenientes que van desde la opresión de unos sobre otros hasta la manipulación de sentimientos. Lo cual me recuerda la frase que dice “el cementerio esta lleno de prescindibles”.
Luego de varios días de pensar sobre esto y de poner sobre la balanza los pros y contras, creo que estas ideas son bastantes acertadas. Muchos criticaran el hecho de que el hombre solo, no es hombre, y q para estar completo necesita las emociones q le produce el contacto con otros, pues esa no es mi forma de pensar.
Para dar por terminado esto que se extendió mas de lo deseado, y como siempre no expreso lo q quería expresar en un principio, les digo: lo material, que es lo único que una persona puede tener es inútil y solo rellena el vació de espíritu. En tanto que las personas que nos rodean es lo único q nos interesa poseer realmente, pero es imposible, lo cual genera sufrimiento. Por ende el hombre no necesita más que a si mismo si su objetivo en la vida es la tranquilidad y el crecimiento personal.